Paulina – Cap III

 Daniel esta perdidamente acongojado después de esa horrible noche. Todo indica que Verónica, su hermosa esposa y madre de su hijo, ha vivido más que una simple celebración con compañeros de trabajo. Incluso le acaba de confesar que sus planes originales se habían echado a perder y que había terminado saliendo de juerga nada menos que con Bruno, ese patán que Daniel está seguro anda tras los pasos de su mujer, y el gerente nuevo de la oficina, don Italo, el jefe directo de Verónica, la nueva y exuberante nueva contratación de la empresa. ¿Daniel estará preparado para conocer los pormenores de lo sucedido esa misteriosa velada?

Benito no puede más de la desesperación por enterarse de los detalles de la proeza de Marta. La reunión con sus vecinos fue bastante movida, pero la mejor experiencia de la noche se dio cuando su mujer le cuenta los pormenores del misterio del enojo de Tatiana. Ahora solo les queda esperar el día lunes, cuando su hermosa e inocente vecina quedé sola, pues la astuta Marta tiene perversos planes para la segunda clase de la joven e ingenua Tati.

 Después de lo vivido ese día, Cristina sabe que no puede dejar que don Tito se vaya. Sin proponerselo, vivirá la experiencia más increíble de su vida. Tanto así, que no podrá evitar caer en una gran mentira, que arrastrara a Pablo, su marido, a un mundo de mentiras y desdichas. Las circunstancias también llevaran a Cristina a compartir en la antigua casa de sus padres con toda su familia, y se compadecerá de la realidad que vive su hermana Ana, perdida en una relación que no la satisface.

Toda historia debe comenzar en algún sitio. Este lugar puede ser un mundo lleno de magia, de castillos encantados y príncipes heroicos y valientes, como en las historias de princesas que solía contarme mi madre. Pues mis aventuras empezaron sin ese encanto, solo la magia que empezaba a convertir mi cuerpo en el de una mujer con nuevas necesidades se hizo presente ese día. En un lugar tan común como inesperado. Y, a falta de un príncipe valiente, me encontré con un ogro malvado.