Evelyn
Evelyn, sintiéndose acorralada por las desdichadas vicisitudes acaecidas esa tarde en su casa, no sabe a quién recurrir por ayuda. Don Benito, por lo demás, no puede dejar de pensar en los perversos vicios en los que ha caído su nieta, rememorándolos una y otra vez, enturbiando cada vez más su, hasta ese momento, intachable moral. En tal escenario es que nuestra despampanante nenota decide que no le queda más remedio que pedirle consejo a la misma persona que la metió en tamaño lio, la misma que siempre acude en su auxilio, su incondicional amiga Claudia.
Ambas jóvenes se encuentran solas y desnudas, con todo el tiempo del mundo para seguir divirtiéndose. El placer, la excitación y el deseo de una por la otra lo invade todo. Claudia vuelve a sorprender a su tímida amiga con increíbles sorpresas, anticipando una tarde formidable. Sin embargo, nuestra nena ni se imagina la pesadilla que se aproxima. Una que podría convertirla en la mayor vergüenza de su familia.
Evelyn está horrorizada por la encrucijada en que la dejaron las amenazas de todos esos viejos deseosos de su cuerpo. Por más que intenta idear una fórmula para salir del problema, no la puede encontrar. Sin embargo, ya tendrá tiempo de preocuparse de aquella inminente debacle, ahora tiene que dedicarse al proyecto que debe preparar con Claudia, su rubia y vivaz mejor amiga. Las nenas, solas en casa de Evelyn, se distraerán con travesuras propias de adolescentes, probando incluso unas yerbas mágicas que las transportarán a otro mundo.
La lujuriosa noche en la que don Eustaquio goza por separado de esas dos grandiosas hembras por fin se termina. Al día siguiente madre e hija se tendrán que ver las caras, a solas, después de lo sucedido. Por su parte, Evelyn tendrá que luchar contra esos nuevos ímpetus que ahora la asaltan. Pero no podrá preocuparse mucho de eso, puesto que el destino es cruel con nuestra hermosa protagonista, y pronto se verá envuelta en una espantosa pesadilla, una mucho peor que todas las ya vividas. Pobrecita.
La terrible experiencia continúa. Evelyn, siendo incrédula espectadora de las perversiones en las que el vil policía envuelve a su bella progenitora, vivirá una noche espeluznante, pero llena de novedosas y muy agradables sensaciones. Mientras, la bella hembra Isabel, entregada a un exquisito morbo recién conocido, no tendrá las fuerzas necesarias para resistirse a tanta lujuria. Y como para coronarlo, lo hará sin saber que su bella hija lo estará presenciando todo.
La noche por fin ha caído sobre la casa de Evelyn; y junto con ella, un gran manto de perversidad. Nuestra bella protagonista nuevamente intentará resistirse a las deliciosas sensaciones que la asaltan cada vez que su belleza la convierte en víctima de algún pelafustán sin escrúpulos. El sargento Eustaquio Sinforoso sigue poniéndola a prueba, y no tan solo a ella, sino que también a su bella progenitora. ¿Serán las beldades capaces de resistir tanta lujuria y morbo? ¿El vil policía logrará llevar a cabo su más oscura fantasía?
Evelyn, apenas aceptando los terribles sucesos que se suceden en su propio hogar, hará un perverso descubrimiento, uno que en vez de espantarla seguirá confundiéndola y llenándola de morbo. Sin embargo, habrá momentos que la harán recapacitar. Será en uno de esos instantes en el cual nuestra bella protagonista tendrá que tomar una difícil decisión. Por otro lado, Rodrigo, su novio, será blanco de otra triste desdicha.
Continua la desagradable visita del sargento Sinforoso en la casa de Evelyn. Isabel, la bella madre de nuestra inigualable protagonista, no es consciente del peligro al que esta exponiendo a su hija. Todo esto será aprovechado por el lujurioso policía, que no dejará de estar atento a la más mínima oportunidad para asaltar a su candorosa víctima.
Ha pasado la primera noche de don Eustaquio en casa de Evelyn. El viejo, animado por lo descubierto en la habitación de la pendeja, sabe que si juega bien sus cartas podría terminar ese fin de semana con muy buenos dividendos. Por otro lado, nuestra bella protagonista se despertará llena de incertidumbre tras las excitantes sensaciones a las que se entregó a causa de la extravagante visita. Todo eso ha terminado por despertar en su sensualidad un perverso deseo; uno que nuestra deliciosa Evelyn luchará por sacar de su cabeza.
Evelyn no lo puede creer. Otra vez esta cara a cara con el sargento Eustaquio Sinforoso, quien no tiene ningún reparo en hacerle ver las ganas que trae de llevársela a la cama. Nuestra nena piensa en contarle a su mamá las insanas intenciones del infame policía, pero serán las circunstancias de tan indeseado reencuentro las que le harán recular. Su bella progenitora, embaucada por las falacias de aquel hombre, no está en condiciones de entender sus pervertidas motivaciones.
Evelyn se muestra devastada por la reciente incursión con su suegro. Sobre todo, porque la señora María, la madre de su novio, fue testigo de la infame traición cometida. Sin embargo, habrá otros y nuevos rufianes que harán lo imposible por poder gozar de las exquisiteces que nuestra grandiosa Evelyn posee por condición natural en el cuerpo. Una nueva y terrible desdicha para nuestra bella protagonista se comenzará a gestar desde la presente entrega.
El hogar de don Severiano se trasforma en un verdadero infierno, tanto para Evelyn como para la señora María. Nuestra atractiva protagonista tendrá que vivir la experiencia más lujuriosa y perversa de su vida en manos de su suegro. Pues el viejo está decidido a cogérsela a la fuerza delante de su propia esposa. La madre de Rodrigo presenciará crudas escenas sexuales que cambiaran definitivamente la imagen que hasta ese día tenía de la bella y tímida novia de su hijo.
Evelyn está desilusionada. Se pregunta por qué la vida caprichosamente se encarga de martirizarla. Las traiciones de su madre, de Claudia y de don Pedro la mantienen perturbada. Su único consuelo es la ilusión de mantener vivo el noviazgo con su amado Rodrigo. Será una extraña visita en su propia casa la que incentivará sus esperanzas. Sin embargo, ni se imagina las perversidades que le esperan si decide confiar en esa, en apariencia, inocente persona.
La desquiciante noche de lujuria lésbica entre el par de hermosas jovencitas continua más acalorada que nunca. Ambas compañeras de instituto y amigas de la infancia no dejan de disfrutar de sus increíbles dotes. Evelyn, muy confundida después de la sorprendente noche en casa de Claudia, trata de olvidarse de los recientes acontecimientos y enfoca sus esfuerzos en elaborar una excusa convincente para Rodrigo, a quien, otra vez, ha dejado plantado. Pero esta se convertirá en la menor de las preocupaciones de la nena, debido a la inesperada sorpresa que se encuentra al llegar a su hogar.
La conversación entre el par de bellezas continúa. Evelyn no escatima en argumentos para defender su honor y decencia ante su amiga. Sin embargo, a pesar de los reparos de la inocente jovencita, Claudia se las ingenia para sonsacarle hasta el último detalle de sus involuntarias zorrerías. La rubia se sorprende de candentes maneras cuando escucha de boca de Evelyn el desfile de viejos calientes que se han aprovechado de ella. La íntima charla crea un ambiente más que propicio para el despertar de las jóvenes entrepiernas de las mejores amigas.
Claudia y Evelyn, maltratadas físicamente al haber estado teniendo sexo por largas horas prácticamente en el suelo, por fin se visten y se van de la miserable casucha de campo. Pero no todo iba a terminar tan fácilmente. Falta otra horrorosa situación que el par de bellezas tendrá que enfrentar. Claudia, una vez más, le demuestra su inalterable amistad a Evelyn. Por otro lado, don Severiano desata su furia al enterarse de ciertos detalles íntimos acaecidos en el noviazgo de su hijastro y nuestra espectacular protagonista.
La noche está que arde al interior de la miserable casucha rural propiedad de Pedro Ventura. A pesar de la resistencia que en algún momento mostrarán Claudia y Evelyn por no dejarse avasallar, sin darse cuenta terminan por aceptar ser las zorras de ambos mecánicos. Las jóvenes viven momentos de lujuria extrema y deliciosas experiencias nuevas y excitantes. Será el alba quien las devolverá con crudeza a la realidad, haciéndoles ver las impensables barbaridades cometidas, con los lujuriosos hermanos y entre ellas mismas.
La fatídica noche de las bellas amigas apenas está comenzando. Claudia, a pesar de resistirse, es obligada a entrar a la casucha abandonada, donde al fin ve, incrédula, cómo su amiga es poseída salvajemente por don Cipriano. Desde ese momento se irá enterando de una íntima faceta de su compañera que la asombrará cada vez más. En tanto, Evelyn, quien es nuevamente traicionada por su cuerpo, descubrirá una nueva forma de gozar que le hará ver las estrellas, haciéndola olvidar que su mejor amiga está observándolo todo.
Claudia no acaba de creer con la clase de personajes que Evelyn pretende que salgan, menos que ese viejo malas pulgas sea el Pedro con el que su amiga engaña a su novio. Muy divertida, ignorante de lo que le espera con ese par de pelafustanes, Claudia, a modo de broma, termina aceptando la invitación a disfrutar de la feria y de las fondas. Evelyn, sin poder hacer mucho, es testigo de cómo don Pedro y don Cipriano engatusan a su amiga con alcohol y regalos. Sin embargo, los perversos hermanos no demoraran mucho en mostrar las garras.
Evelyn recibirá una sorprendente apuesta de un viejo conocido de su madre. Don Lucas, que otra vez está de vuelta en la ciudad, no perderá oportunidad para intentar terminar lo que dejó a medias hace algún tiempo con aquella encamable muchacha. Sin embargo, no será solo don Lucas el que está devuelta. Reaparece don Pedro, haciendo acaloradas exigencias a la joven que ha declarado como su hembra titular. Claudia, que ha recibido intempestivamente la visita de Evelyn, se entera de increíbles incursiones íntimas en las que se ha visto envuelta su inocente amiga.
Evelyn está en las garras de otro viejo lujurioso que a base de mentiras y patrañas funcionarias ha engatusado a su admirable madre y a su abuelito. En la discordia de su mente, mientras lucha por no dejarse avasallar, nace un nuevo ímpetu que amenaza con hacerla caer. Al día siguiente, cuando piensa que al fin tendrá un respiro de tanto degenerado, una conocida dupla de mal vivientes la abordará al salir de su casa, devolviéndola a una de sus peores pesadillas.
Después de una agotadora sesión de sexo con su suegro, Evelyn por fin logra escapar de sus garras. Enervada, busca restablecer la normalidad en la relación con su amado Rodrigo. Sin embargo, una fatal llamada destroza todos sus planes. Un sargento de la policía está en su hogar, ha hablado con su madre, con don Benito, y demanda su presencia. Desesperada, tendrá que llegar a su casa para, de alguna forma, evitar la mayor de las catástrofes.
Evelyn ha caído en las patrañas de don Severiano, su suegro. Nadie podría imaginar la ardiente sesión de sexo que se lleva a cabo al interior de aquella vivienda. La jovencita finalmente sucumbe a lo que su pronunciado cuerpo le hace sentir y sorprende al viejo con una tremenda insania lujuriosa. Rodrigo llega de improviso al hogar y se da cuenta de la espectacular mujer con quien está encatrado su padrastro.
Evelyn se encuentra muy arrepentida por haberle concedido aquel regalo de cumpleaños a don Severiano. La noche continua entre la parentela y amigos del festejado; con Rodrigo sirviéndole a las visitas y lavando los platos mientras Evelyn se ve obligada a comer justo al lado del padrastro sinvergüenza de su novio. Sintiéndose culpable y conmocionada, la joven toma la decisión de darle la prueba de amor a su amado, que tanto se lo ha pedido. Esto le hace sentir un poco más tranquila, aunque sabe que no es lo que su cuerpo desea. Sin embargo, cuando llega el día del feliz y romántico encuentro, otra fatalidad, urdida por uno de sus viejos y facinerosos pretendientes, viene a socavar aún más su desdichada existencia.
Evelyn, tras enterarse del motivo de la llamada telefónica, deberá lidiar con un nuevo tipo de problema. De alguna forma deberá conseguir el dinero para pagar la multa que le cursaron por prostituirse en la vía pública. Pese a todo, Evelyn goza de una temporada de calma, que aprovecha para disfrutar con Rodrigo, visitando cada vez más seguido su casa. Es durante la fiesta de cumpleaños de su suegro que otra vez tendrá que lidiar con esas extrañas sensaciones que despiertan en su cuerpo cuando se ve asaltada por las lujuriosa intenciones de algún aprovechador.
La normalidad parece volver a la vida de Evelyn. El romance con Rodrigo pareciera tomar nuevas fuerzas, tanto así que el joven decide llevar a su novia a conocer a su madre. Don Severiano, el padrastro de Rodrigo, queda maravillado con la deslumbrante hembra que su inútil hijo postizo se atrevió a llevar a casa. Por otro lado, una siniestra visita a la salida de clases viene a alterar la breve tranquilidad que empezaba a disfrutar nuestra inocente protagonista. Como si eso fuera poco, una inesperada llamada telefónica termina por poner, otra vez, cuesta abajo los sueños de nuestra hermosa protagonista.
Evelyn llega a la casa de su amiga de infancia destrozada emocionalmente tras lo vivido en la feria y luego al interior del asqueroso taller mecánico al que la llevó don Pedro. Claudia le cuenta cómo la había buscado por todas partes acompañada del maestro Tulio y del cojo Juan, y la convence para participar en una extraña fiesta con el profesor. En tanto, cual zorro oteando el gallinero, el profe las espera en la sala con mucha música y alcohol. Esta convencido que se dará el gusto de su vida con las bondades que le brindará el cuerpo de cualquiera de las dos encamables estudiantes.
Claudia entrega todo de sí para obtener los certificados que le aseguraran aprobar el año sin ningún esfuerzo. Sin embargo, luego de un acto tan doloroso como placentero, el maestro Tulio le pone una prueba más difícil aún como condición definitiva para cerrar el perverso trato. Evelyn, por su parte, debe aguantar los vejatorios tratos de don Pedro, el miserable mecánico de la feria que ya le ha quitado su virginidad y que planea hacer de su vida un verdadero infierno.
Don Pedro está descontrolado. Hará lo que sea por someter a la aterrada Evelyn, quien, a pesar del horror que siente, defenderá tenazmente su más valiosa virtud. Sin embargo, el viejo tiene un as bajo la manga. ¿Tendrá la joven algún tipo de escapatoria? Mientras eso ocurre al interior del taller mecánico Pie Grande, en otro sector de la ciudad, al interior del domicilio de Claudia, el profesor Tulio quedará encantado con las nuevas facetas que le muestra una de sus más bellas estudiantes.
Don Pedro le demuestra a Evelyn cuáles son sus verdaderas intenciones. Las sensaciones que siente el enardecido mecánico lo llevan a desear poseerla en forma completa, y todo delante de sus dos amigos, quienes también esperan disfrutar de la joven. Sin embargo, ante una íntima confidencia de Evelyn, ambos terminen a solas al interior de un extraño taller, donde el mecánico planea convertirla en su mujer. En tanto, a un lado del toro mecánico, el maestro Tulio, y el cojo Juan se encuentran con Claudia, que, preocupada, acepta que la ayuden a dar con el paradero de Evelyn.
Definitivamente la prometedora noche de chicos, música y diversión prometida por Claudia se trasforma para Evelyn en un verdadero infierno. Mientras la joven libra una desgarradora y lujuriosa batalla contra el mecánico de la feria, y su propio cuerpo. El profesor Tulio y el cojo Juan, desesperados, continúan en su exhaustiva búsqueda. Ellos también quieren darse el gusto de su vida con las exquisiteces corporales de la buenísima de Evelyn. La joven ni se imagina la agotadora noche que le espera.
La feria se encuentra totalmente repleta de personas, y Evelyn ha tenido que pasar por un sin número de situaciones bochornosas debido al descontrol que produce su atractivo sobre los machos que pululan alrededor de ella. La joven inocentemente se separa de su amiga Claudia, ignorando que tanto el cojo Juan como el profesor Tulio la buscan por todo el lugar, desesperados por abusar de sus encantos. Cualquiera pensaría que en un lugar con tanto gentío la nena estaría segura, pero su ingenuidad y buenas costumbres la conducirán a una situación muy peligrosa.
La gran noche del par de nenas recién está comenzando. Pero antes de disfrutar de las entretenciones de la gran feria, Evelyn, junto a su amiga Claudia, deberán sortear ciertas dificultades inherentes a su belleza. Sin embargo, los siniestros planes de un par de mal vividores, como lo son el mismísimo Cojo Juan y el Profesor Tulio, amenazan con convertir la salida de las chicas en una completa pesadilla.
Y siguen las aventuras de Evelyn. Esta vez, después de superar una traumática experiencia camino a su casa, será tentada por su rubia amiga Claudia, quien la invita a visitar una feria, asegurándole que serán las chicas más bellas del evento. Sin embargo, la bella joven ni se imagina a quién se encontrará en aquel lugar lleno de viejos calientes.
Evelyn se siente perdida en aquel desolado pasillo a merced de los deseos de Victor. Su cuerpo otra vez le juega una mala pasada, pues la jovencita, en forma gradual, comienza a perder esa lujuriosa batalla. Pero no solo será ese acoso el que vivirá la inocente joven aquel día. Poco a poco nuevos acosadores entrarán en acción. Todos ellos atraídos por las lujuriosas curvas y los deliciosos atributos que ven a su alcance, debido al carácter sumiso de la suculenta estudiante.
Continúan las catastróficas desdichas de la portentosa Evelyn. Después de una bestial tarde encerrada en el cuartucho subterráneo del cojo Juan, la candorosa joven intenta por todos los medios recuperar su vida normal junto a su amado Rodrigo. Los días parecen aplacar su traumática experiencia. Sin embargo, poco a poco, se avecinan momentos grises, en los cuales volverá a ser blanco de pervertidos deseos de jóvenes y viejos mal vividores.
Evelyn piensa que ya esta todo bien en su viva. Esta muy emocionada con su primer novio, Rodrigo. Sin embargo, la chica aún no comprende las tropelías que algunos hombres sin escrúpulos estarían dispuestos a cometer para hacerse de los placeres que su escultural cuerpo puede entregar. En este panorama, la hermosa jovencita será abordada por un siniestro personaje, que la conducirá a vivir la más terrible y placentera experiencia de su vida, y dentro de las murallas de su misma escuela.
Después de lo sucedido con Don Lucas y sus secuaces, Evelyn no puede renegar de las extrañas sensaciones que su cuerpo esta experimentando. Debido a sus sucios negocios, Don Lukcs y compañía deben salir de la ciudad, lo que le dará la oportunidad a otros machos de aprovechar los exuberantes encantos de la hermosa jovencita. Así es como Evelyn empieza a conocer más a fondo a Rodrigo, el ayudante de la farmacia, y se permite soñar con la oportunidad de ser estrella de la televisión, debido a un llamado a casting hecho por un viejo profesor de dudosa reputación.
Don Lucas y sus secuaces tienen la costumbre de espiar a Evelyn, la chica más buena del barrio, a través de un perverso artilugio instalado en su habitación. La joven, inocente e ignorante de su escasa privacidad, es víctima de los primeros instintos de mujer que su bien desarrollado cuerpo empieza a sentir. Es así como esta despampanante chica cede a estas extrañas sensaciones, apaciguandolas con sus propias manos. El viejo Lucas, loco de lujuria, perderá el control y no aguantará las ganas de visitar a la inocente Evelyn en su propio dormitorio.