Sofía

Salvador ya está en conocimiento de la verdad de todo lo acontecido con su hermosa esposa las últimas semanas. Sus sentimientos, sus temores, sus sacrificios y su infidelidad fueron expuestos por ella misma en esos mensajes enviados a Macarena, el alter ego de Salvador en el foro de esposas de cornudos. Así ha quedado claro que la pobre Sofía nunca tuvo esos impulsos de puta que su desquiciado esposo había creído ver a través de las cámaras instaladas en el departamento. Sin embargo, lejos de dejarse dominar por la culpa o de sentir compasión por su inocente y honesta esposa, Salvador no ve más que la posibilidad de seguir empujando a Sofía a convertirse en una adultera consumada, una que a la postre disfrute de hacerlo un cornudo en toda regla. Con este fin es que decide poner en práctica un plan que le permitirá manipular a la musa de sus fantasías y así conducirla por el camino de sus intereses. Tal idea tendrá una aplicación muy útil incluso antes de lo esperado.

Salvador sigue sorprendiéndose por las confesiones de Sofía. Los mensajes que su hermosa esposa le envía a Macarena, el alter ego que él se ha creado para sonsacarle sus secretos, son tan esclarecedores como impactantes. El cornudo marido apenas puede creer lo equivocado que estaba al tachar de puta a su tierna, estoica y bien intencionada mujer. Sofía no solo se desahoga con la señora Macarena, su supuesta mentora, sino que le relata con detalles lo ocurrido las últimas semanas, con su suegro, con el jefe de Salvador, con sus amigos, con don Porfirio. Pero lo que más sorprenderá al destornillado marido serán los íntimos temores de su amada. Solo cabría esperar que entrara en razón y acabara con todos sus engaños para así dejar de torturar a Sofía. Aunque la verdad es que todos sabemos que Salvador está consumido hasta la médula por su fetiche.

Salvador, aún afectado por el espectáculo que presenció desde su oficina, vuelve a casa. Para su sorpresa, esta vez sí que Sofía se muestra afectada por todo lo que sucedió con el viejo Porfirio. Sin embargo, la muy egoísta es incapaz de abrirse con él y ponerle la guinda de la torta al fabuloso momento que, según él, está pasando su matrimonio. Tal es el ansia que corroe al cornudo marido por escuchar las confesiones de su hermosa esposa, que recurre a la única persona con la cual Sofía podría abrirse, su alter ego del foro, Macarena.

El acuerdo más erótico y perverso se está llevando a cabo en el departamento de Salvador. Él, a través de las cámaras ocultas en su sala de estar, está siendo testigo de cómo su hermosa esposa ofrece su cuerpo al viejo Porfirio a cambio de la condonación de parte de la renta adeudada. Lo que el ansioso cornudo apenas puede creer, es que tal iniciativa naciera de su honesta y recatada Sofía. Ahora solo cabe esperar y ver cómo se desarrollará tan morboso convenio.

Salvador ha esperado este momento por largo tiempo. Pese a todo lo que ha presenciado hasta el momento con las cámaras que instaló en su departamento, y de las cosas que ha averiguado sobre lo que Sofía ha hecho con sus supuestos amigos, el cornudo marido aún no ha podido presenciar en directo el adulterio de su esplendida esposa. Por tanto, el acontecimiento que está por presenciar, la visita del despreciable de Porfirio a su esposa, donde le exigirá el pago de la renta, se presenta como el posible hito culmine en sus ansias de convertirse en todo un cornudo.

Salvador, aún alterado por la increíble desfachatez de Sofía, debe concentrarse en afrontar la importante reunión de negocios con don Eustaquio Jarra. Tal encuentro acabará de la forma más inesperada para el cornudo marido. Luego, más tarde, como si no fuera suficiente con todo lo vivido en las últimas horas, Salvador se enfrentará a una desconcertante actitud por parte de su cambiante y bellísima esposa.

Algo ha cambiado con respecto a la última vez que Salvador y Lucía sometieran a Pastor a esa prueba donde le mienten para pasar la noche a solas con su nuera en el departamento, convencido de que ella estará toda la velada drogada en la cama. Sin duda el pobre maduro luchó lo mejor que pudo contra sus deseos de hombre, pero ha vuelto a caer en la tentación. Sin embargo, ni él, ni su hijo, que lo observa todo desde la distancia, podrían haber anticipado lo que está a punto de suceder.

Sofía no está. Todos los planes de Salvador para esa noche se ven alterados cuando se da cuenta de que su mujer no está en el departamento donde se supone debería estar con su padre. Y lo peor es que no tiene ni idea de dónde podría estar, ni con quién. Las posibilidades exasperan a Salvador. ¿Estará con Porfirio? ¿Le habrá pasado algo malo? ¡¿Le estará siendo infiel sin darle la oportunidad de disfrutar de ello?! El aspirante a cornudo vive un calvario, hasta que se da cuenta de que dispone de las herramientas para encontrar a su mujer.

Salvador, preocupado por el extraño comportamiento de Sofía, encuentra nuevas formas de flagelar la intimidad de su hermosa mujer. Así mismo, retoma contacto con su mentor en el foro de cornudos, quién se muestra especialmente interesado en los avances de su joven discípulo. A la vez, el perturbado marido descubre por accidente los desesperados intentos de su esposa por lidiar con su extraño fetiche, y desarrolla un cruel plan para sacar provecho de ello. Por si fuera poco, debe viajar fuera de la ciudad la misma noche que su padre se quedara a “cuidar” a Sofía. Son tiempos estresantes los que vive el aspirante a cornudo.

Salvador ve cada vez más cerca el momento en que verá su morbosa fantasía hecha realidad: convertirse en un hombre cornudo. Y es que las acciones de Sofía han sido de lo más prometedoras para él. En este capítulo el desequilibrado marido, incitado por su hermosa y joven esposa, debe llamar a su padre para pedirle que “cuide” de sus chicas otra vez. Por otro lado, en el trabajo, Máximo Rivas le informa que esa cena planeada por su mujer tendrá lugar mucho antes de lo que él se imaginaba, lo que provoca en Salvador una gran preocupación, dado que teme lo que podría pasar cuando su jefe y su mujer se encuentren.

Sofía, totalmente ignorante de que es observada en vivo y en directo por su marido a través de la cámara oculta en la habitación, ha dormido a su pequeña y cabila, muy compungida, sobre la decisión que debe tomar en ese momento. Los dos caminos posibles que se presentan en su futuro son terribles, Salvador lo sabe: perder su hogar, o perder su dignidad ante don Porfirio, que en ese momento la espera ansioso en la sala con la intención de negociar con ella la postergación del pago de la renta. Los ojos viciosos del cornudo marido serán testigos del sacrificio de su dulce esposa, y ni los celos, el odio ni la culpa serán capaces de hacer meya en la incomprensible excitación que le provoca su fetiche.

Llega el día que Salvador ha esperado con tanto deseo. Tiene todo preparado para contemplar en vivo y en directo la reacción de Sofía cuando don Porfirio aparezca en su departamento a cobrar la renta que se le debe. El desquiciado marido sabe que su bella esposa está decidida a no solo conseguir una prorroga de la deuda, sino que la condonación completa de la misma. ¿Cómo pretende conseguir semejante hazaña? Es lo que Salvador esta ansioso por averiguar. Además, nuevas y sorpresivas oportunidades se abren para él en el trabajo. Y no solo en el ámbito de los negocios.

Salvador está pasando un fin de semana de locos. La emoción que le produjeron los sucesos de la noche anterior se ve apenas compensada por el misterio que representa la inesperada reacción de Sofía. No puede creer que su esposa sea capaz de comportarse como si nada hubiera pasado. ¿Acaso se está volviendo loco? ¿Podrá ser que su fetiche lo está afectando de tal manera que confunde sus fantasías con la realidad? Pero es imposible para él resolver tales cuestionamientos sin poner en evidencia sus pervertidos planes. Es así que comienza a prepararse para otro gran evento: el cobro de la renta de don Porfirio. Sin embargo, su hermosa esposa no dejará de sorprenderlo, regalándole una de las noches más excitantes de su vida.

Salvador está viendo los resultados de su descabellado plan. Pastor, su padre, claramente descompensado de la cabeza, ha invadido la habitación de Sofía con perversas intenciones. El entusiasta aspirante a cornudo siente un remolino de emociones contradictorias. La culpa, los celos y la excitación descomponen el razonamiento de Salvador, que, desde la habitación de hotel, está siendo secreto testigo de todas las aberraciones que suceden en su departamento. La pobre Sofía, en su tierna intención de complacer los deseos de su amado marido, será víctima inocente de su propia belleza.

Ha llegado el día de poner a prueba las sospechas del joven matrimonio sobre lo que provoca la belleza de Sofía en los ánimos de su suegro. Salvador, aún afectado por la incomoda situación con su jefe, debe poner todo su esfuerzo para mantener a su bella esposa convencida de seguir adelante, con el plan con su padre y con el que tienen para que don Porfirio los espere con la renta.

Salvador comenta en el foro los avances que ha tenido con su esposa y a grandes rasgos los planes que tiene con ella y otro hombre. La extraña petición de uno de sus compañeros cornudos le hace ver lo espectacular que sería si pudiera ver todo lo que pasaría en su departamento la noche que su padre se quede a solas con Sofía. Entonces decide adquirir una cámara espía, lo que desencadenará una ola de sucesos imprevisto que terminaran exponiendo a su hermosa esposa ante los ojos de un nuevo e inesperado personaje.

Salvador apenas puede creer los sorprendentes cambios que Sofía a experimentado desde la celebración de su cumpleaños. Cada vez su hermosa mujer se muestra más desinhibida en su forma de vestir y en sus encuentros íntimos. No puede dejar de soñar con la posibilidad de ver a Sofía entregada al disfrute carnal con otro hombre. Ella ya conoce su fetiche, sus deseos más oscuros, y lejos de condenarlos, parece incentivarlos con fantasías que usan en la intimidad para potenciar sus deseos. Sin embargo, Salvador quiere ir un paso más allá, y convencer a su bellísima esposa de lo que puede provocar en otros machos, independiente de la relación que puedan tener con ella, o con él. Así es como se le ocurre un descabellado plan para poner a prueba a su propio padre. Una prueba que, por supuesto, espera que falle.

Después de la extraordinaria velada vivida la noche de su cumpleaños, Salvador espera con ansias que su vida matrimonial tome un nuevo y afrodisiaco camino. Pero Sofía, lejos de hacerse responsable de lo que ha despertado en su marido, se desentiende de la intrínseca promesa de su regalo. Sin embargo, nuevos sucesos mantendrán despiertas las esperanzas de Salvador. El desagradable Porfirio, sus amigos, e inesperadamente su padre, provocarán que ese perverso morbo se agite sin control en su interior.

Salvador, atribulado por la discusión con Sofía, está muy afligido. Pero, por otro lado, en cierta manera aliviado de que su mujer por fin conozca ese secreto que llevaba tantos años guardando. Sin embargo, pronto será su cumpleaños y Sofía le promete que le hará un gran regalo. Desconcertado y ansioso, Salvador se pregunta qué le tendrá preparado su hermosa esposa. Lo único malo, es que su mujer ha tenido que invitar a la celebración a ese viejo desagradable, conserje del edificio, el señor Porfirio.

Salvador, víctima de su extraño fetiche, ha formado parte de un sitio web donde lee y participa con otras personas que disfrutan compartiendo a sus parejas con otros. La envidia lo corroe, puesto que él mantiene en el más absoluto secreto sus fantasías, convencido de que su querida e inmaculada esposa lo despreciaría si supiera de tales ensoñaciones. Sin embargo, debido a un descuido, Sofía se enterará de todo, poniendo a prueba su matrimonio.