Linaje Carnal

Cinco años han pasado desde aquella fatídica tarde. Angélica tiene una nueva vida, totalmente diferente a su tranquila y monótona existencia como madre viuda en eterno luto. Ahora se considera una mujer feliz, pero siente que debe cerrar el ciclo, que debe enfrentar a los fantasmas del pasado para ser completamente libre. El final de esta apasionante historia.

Mauricio se dirige a la casa de Angélica. Se siente el hombre más afortunado del planeta, sabe que Clara y Angélica están entregadas a él por completo, y solo puede pensar en lo mucho que disfrutará de esas dos zorras en el futuro. Sin embargo, no sabe que a sus espaldas han sucedido más cosas de las que imagina, y que en esa casa no lo espera nada más que su perdición.

Angélica es obligada a presenciar la verdadera cara de su amado Mauricio. El plan de Genaro ha dado sus frutos y su joven hijastro muestra toda su perversidad con el juvenil y atlético cuerpo de Clara. Cada revelación que se abre ante los ojos de Angélica es peor que la anterior. Todas las mentiras, justo ahora que se le ablandaba el corazón, le reventaran en la cara al pobre hijo de puta.

Angélica no puede resistirse ante los deseos que provoca en ella la enorme herramienta amatoria de Genaro, el padrastro de su novio y marido de su reencontrada amiga y ahora compañera de cama. Dentro de la humilde casa de Mauricio, la señora antes en extremo decente se entregará a las perversiones más indecentes con tal de saciar la nueva hambre que ha despertado dentro de ella. Incluso humillará su relación romántica en los espacios más íntimos del muchacho que aún considera noble y bueno.

Angélica vive uno de los momentos más complicados de su vida. El reencuentro con Mauricio provoca dentro de ella una batalla épica entre sus buenos sentimientos y sus más intensos deseos. El amor que siente por aquel joven hermoso y amable apenas y puede contra las arrebatadoras sensaciones que siente al recordar las violentas sesiones de sexo que tuvo con Genaro. Mauricio, como cualquier joven entusiasmado haría sobre una belleza de esa magnitud, se precipita sobre ella, y Angélica no tiene más remedio que dejarlo hacer; aunque en su fuero interno no deja de compararlo con su padrastro.

El último día prometido por Genaro comienza. Angélica sabe que ya no es la misma mujer, y demuestra su conversión definitiva cuando llega el momento de una última depravación sexual con su nuevo macho. Genaro la lleva al antro miserable que tiene por cantina, donde la usará de moneda de cambio para saldar una deuda y demostrar su poder sobre ella. Lo que comenzó como una pesadilla, para Angélica poco a poco ha tomado la forma de un sueño dulce y excitante.

Después de todas las cosas que ha experimentado con Genaro, el cuerpo de Angélica le pide más y más placer, y ella no puede evitar obedecer los obscenos deseos del viejo cuando llegan al mismo hotel donde se entregó a Mauricio hace solo unos días. Angélica está cambiando, convirtiéndose en una mujer de las que le gustan al depravado padrastro de su novio, pero lejos de sentirse desdichada, comienza a disfrutarlo más allá de su cuerpo.

Angélica debe pasar otro día a merced del viejo Genaro, quién ha decidido sacarla de la casa y llevarla a una cita. Las negras intenciones del viejo son borrar todos los recuerdos que Angélica tiene con Mauricio. Para sorpresa de la hermosa señora, mientras más tiempo pasa con ese maldito sujeto, más se deja llevar por la perversión que crece en su interior.

La infame violación sigue en la casa de Angélica. Margarita y Genaro buscan seguir aprovechándose de ella, y esta vez le enseñaran los placeres de algo que nunca ha experimentado. Mientras el cuerpo de Angélica se expone a desconocidas sensaciones, su mente comienza a resquebrajarse, preguntándose si acaso todo lo que está viviendo de verdad es tan malo.

Angélica se encuentra cada vez más confundida por lo que Genaro y Margarita le están haciendo. Sabe que debería sentir miedo y vergüenza, que esa mañana para ella debería ser una completa pesadilla, pero pronto aceptará que no es así. Contra su voluntad, su cuerpo empieza a dejarse llevar por el deseo. ¿Podrá Angélica seguir manteniendo su mente y corazón entregados a Mauricio, o el viejo Genaro logrará su cometido de hacerla su nueva mujer?

Sigue la pesadilla de Angélica. Luego de haber sido tomada a la fuerza por el Genaro, siente remordimiento, miedo y odio hacia sí misma por haber disfrutado con el sexo brutal del que fue víctima a manos del viejo padrastro de su amado Mauricio. Solo espera tener la oportunidad de escapar de tan espeluznante situación, pero Genaro le tiene una sorpresa: No está solo.

Angélica se encuentra viviendo una pesadilla. El hombre amable al que le permitió entrar a su casa, el padrastro de su querido Mauricio, la ha traicionado y la tiene a su merced para abusar de ella como le dé la gana. Genaro no se conformará solo con poseer el cuerpo exuberante de Angélica a la fuerza, pues su objetivo es convertirla en su mujer por completo. ¿Será capaz la hermosa mujer de resistirse ante la avalancha de placer a la que el viejo pretende someterla, o caerá rendida, traicionando el amor que siente por Mauricio?

Mariana se desvive por hacer olvidar a Jesús. Su cuerpo y su intrínseca sensualidad envuelven el ánimo herido y cada vez más excitado del ex novio de su hermana. El muchacho vive una cruenta batalla interna. No sabe si debe dejarse llevar por los deseos animales que han despertado en él, o por el amor que aún siente por Clara, que le dice a gritos que cometer aquel pecado significaría el final definitivo de su relación. Por otro lado, el verdadero monstruo oculto tras la máscara de padrastro preocupado y hombre honesto se muestra ante la inocente Angélica.

Jesús no puede soportar el alejamiento de Clara. Está enamorado y decidido a arreglar las cosas con su novia. Con esa idea en la cabeza, haciendo oídos sordos a todas las advertencias de la joven, va a verla a su casa. Sin embargo, Clara no tiene piedad y le hace una confesión que le rompe el corazón. Mariana ve la oportunidad perfecta de acercarse a Jesús. Es hora de llevar a cabo la etapa final de sus planes y quitarle de una vez por todas el novio a su hermana.

Mauricio y Angélica siguen con su noche de pasión en el hotel. La exuberante milf decide devolverle la mano a su joven enamorado y liberar todos los instintos que sus buenas costumbres han mantenido a raya toda su vida. Es así como se dispone a regalarle a su amante algunos tratamientos que jamás ha llevado a cabo, ni siquiera con su difunto marido. Por otro lado, el muchacho toma una decisión trascendental con respecto a sus planes de hacerse con la fortuna de la bella mujer.

Angelica y Mauricio viven el climax de su perfecta cita. El muchacho sigue cuestionando los inesperados sentimientos que han empezado a calar en su corazón. Y la nueva y entregada forma de amar de la apetecible milf no le ayuda en nada a apaciguarlos. La madura belleza, por el contrario, sufriendo los placeres más intensos de su vida, no tendrá pelos en la lengua para declararle lo que siente a su joven novio.

Mauricio lleva a cabo una importante parte del plan para terminar de enamorar a Angelica, la hermosa mujer a la que pretende robarle su fortuna. Sin embargo, lo que debería ser una misión fría y práctica, se convierte en una experiencia llena de sentimientos encontrados cuando el infame muchacho empieza a disfrutar de verdad de aquella cita. Situaciones llenas de amor, de libre coquetería, de promesas de felicidad, que terminarán convertidas en mero combustible para el fuego abrazador que se ve en el horizonte.

Clara otra vez está con Ramiro, el maduro vecino que siempre la ha deseado. Viste un conjunto deportivo muy sexy ante los ojos de aquel sujeto, quien la tiene a su completa merced en la privacidad de su casa. Pero está vez algo es diferente. La muchacha no esta ni alcoholizada ni obligada a estar en dicha situación. La culpa y los horrores que ha sufrido la consumen de tal forma que la única escapatoria que alcanza a vislumbrar es perderse en el gozo del sexo.

Genaro no ha perdido tiempo. Antes incluso de averiguar cuales son los planes del hijo de puta de Mauricio, ya ha logrado colarse en la casa de Angelica, la adinerada y hermosa amiga de su mujer. Por otro lado, Clara cumple con las instrucciones de los viejos e invita al bar de mala muerte de Genaro a Pablo y Gonzalo. Las dotes de la jovencita y la impresión que dejó su cuerpo en el par de mamarrachos le servirán para engatusarlos y sacarles información crucial para su venganza definitiva. En tanto, Ramiro, el menos interesado en esas truculentas tramas, solo quiere llevarse a su vecinita con él a casa para mostrarle el lindo atuendo que le tiene de regalo.

Clara se encuentra con los dos hombres que la hicieron sentir tan bien unos días atrás y, a pesar del desprecio que le provocan, no puede evitar unirse a ellos en su misión de venganza contra el hijo de puta que le robo la virginidad a base de chantaje. Mientras, Mauricio se prepara para el mejor día de su vida. Sabe que la cita que tendrá con Angelica será la clave para el éxito de su pan. Pero algo no anda bien, pues está comenzando a sentir cosas que no debería por la hermosa y madura mujer. Por otro lado, Margarita, guiada por la sumisión hacia su marido, lleva a cabo una misión que, aunque parece insignificante, puede acabar con todas las esperanzas de su hijo.

Mauricio visita la casa de Angelica con la excusa de ir a jugar videojuegos. Para su suerte, Jesús le advierte que tiene un compromiso y no estará en toda la mañana. Es así como el maquiavélico muchacho encuentra sola en casa a la extraordinaria milf que es la madre de su martirizado amigo. La mujer lo recibe muy cambiada. Después de meditarlo mucho, Angelica ha tomado una decisión respecto a la lujuriosa relación que mantiene con el joven e “inocente” Adonis. Lejos está de darse cuenta que Mauricio en realidad no es más que un hijo de puta.

Mariana no pierde el tiempo. Su plan para arrebatarle el novio a su hermana está en su punto álgido. Jesús, por su parte, angustiado por el alejamiento inexplicable de Clara, acepta acompañar a su cuñada de compras. Excitantes situaciones se darán entre el atribulado jovencito y la hermosa joven, que usará todos sus trucos para demostrarle al muchacho que ella es mucho más mujer para él que su despreocupada hermana.

Los deseos de Genaro por la joven Clara están lejos de acabar. El viejo, además de tener intenciones de sonsacarle hasta el último detalle de su relación con Mauricio, no la dejará ir hasta comprometerla en perversos compromisos; enlazando el destino de la hermosa estudiante con sus viles planes contra su hijastro. Mariana, por otro lado, también será toreada por Ramiro con una propuesta tan ambiciosa como indecente.

Clara es sometida al más doloroso de sus desvirgamientos. El sexo anal con su, hasta esa noche, odiado vecino se transforma en una tortura. Sin embargo, la joven deportista no tarda en encontrarle el gusto a tal depravación, aún más perversa debido a la presencia de su hermana y al padrastro del hijo de puta de Mauricio, que presencian el espectáculo cada vez con más deseos de participar. La orgia explota en orgasmos y abre nuevos caminos en los destinos de las dos jóvenes y hermosas hermanas.

Clara se ve obligada a mantener relaciones en la misma habitación donde su hermana es tomada casi a la fuerza por el viejo Genaro. La cada vez menos inexperta jovencita ve su extraño fetiche sobre incentivado a través de los ojos de Mariana, que presencia asombrada la copulación de Clara con su supuestamente odiado vecino. Ambas hermanas, cada una tremendamente deseable a su manera, están entregadas a satisfacer los sucios deseos de ese par de vergudos sinvergüenzas.

Don Pedro al fin tiene a la bella Gabriela en sus dominios. Será al interior de su destartalado camper donde el vil mecánico aprovechará todas las instancias que se le presenten para lograr que su gloriosa cuñada se decida a mantener relaciones sexuales con él. Gabriela, con las fotografías y el video que evidencian la infidelidad de su don, está confundida; vulnerable frente a las insanas intenciones del vejete.

Clara está desesperada. Se da cuenta que ha cometido un gran error al pensar que podría controlar la situación y a ese par de viejos. Se ha dado cuenta que el fantasma de Mauricio la sigue a todas partes, pues el amigo de Ramiro no es más que el padrastro de ese hijo de puta. Por si fuera poco, aquel despiadado juego de Poker obliga a las dos hermanas a designarse mutuamente los más impensados castigos. Y, como siempre, el alcohol hace estragos.

Clara, pese a estar muy afectada por las experiencias humillantes por las que la ha hecho pasar Mauricio, decide ayudar a su hermana con la extraña solicitud del viejo Ramiro, su vecino. La joven no tardará en comprender que esa noche de servilismo está destinada a convertirse en otra brutal pesadilla, donde su extraño gusto a ser admirada será alimentado por don Ramiro y su extraño invitado, otro viejo que le resulta particularmente familiar.

Mauricio llega con Jesús a casa de Angelica. La hermosa mujer madura no tarda en ser agobiada tanto por su férrea moral como por los avances del muchacho que ha vuelto a encender en ella los placeres de la lujuria. Jesús, sin embargo, está lejos de poner atención en lo que pasa con su madre y su “peor amigo”; sus pensamientos están ocupados tratando de encontrar explicación al extraño alejamiento de Clara. El joven, muerto de angustia, sale a buscar respuestas a casa de su novia, a hablar cara a cara con ella.

Angelica está feliz y entregada en los brazos del compañero de instituto de su hijo. Sabe que una relación a largo plazo no puede darse por la diferencia de edad y su condición de madre, pero está decidida a entregarse a ese fascinante e ingenuo muchacho, aunque sea solo una última vez. Por otro lado, la realidad es que Mauricio no tiene nada de ingenuo, y está convencido de que con una buena follada podrá hacerle entender a esa Diosa madura que él es el hombre que necesita a su lado, el macho capaz de mostrarle los placeres más increíbles. Todo con tal de poseerla no solo a ella, sino también a su fortuna.

De vuelta a casa, Clara observa la extraña situación que se da entre su pérfido vecino y su hermana Mariana. Por otro lado, Mauricio se recrimina los recientes acontecimientos. Está preocupado por cómo la reacción de Clara podría perjudicar sus planes con Angelica. Sin embargo, más que preocupado, está insatisfecho y ansioso de volver a gozar, esta vez como Dios manda, de la fabulosa madre de Jesús, quién sigue creyendo que el malvado muchacho es el heroico defensor de su hijo en el instituto.

Clara sigue siendo víctima del macabro chantaje de Mauricio, quien a costa de amenazas la ha obligado a convertirse en el juguete sexual de los matones que atormentan a su novio. Sin embargo, los planes del muy hijo de puta no marcharan como esperaba. Por otro lado, el viejo Ramiro empieza a poner en marcha el desvergonzado plan que tiene con Mariana para poseer a su escultural hermana menor.

Encerrada con Mauricio y sus pervertidos secuaces, Clara no tarda en comprender que no saldrá de esa casa hasta que cumpla sus deseos, sean cuales sean. Lo que la bella chica no se espera es que los extraños juegos le provocarán placeres físicos difíciles de controlar y disimular. Por eso, cuando se ve obligada a satisfacer los caprichos perversos de aquellos chicos, no puede hacer nada para resistirse.

Sin que Mauricio y Clara lo sospechen, la traición se cierne a su alrededor a través de personas muy cercanas a ellos. Mientras la hermana de Clara planea quitarle a Jesús a cualquier costo, la madre de Mauricio es seducida por el deseo y casi obligada a confesar los pasos en los que anda su hijo. Pero Clara tiene otras cosas de que preocuparse, puesto que el lujurioso compromiso adquirido con Mauricio la lleva a exponerse a un juego perverso con indeseables participantes.

Clara debe acompañar a Mauricio a un lugar descuidado y lúgubre. Está confundida. Sabe que todo lo que está haciendo lo hace por proteger a Jesús y a ella misma de una tremenda vergüenza, pero no puede dejar de pensar que hay otras razones que la impulsan a seguir a ese maldito hijo de puta. La expectación que ha sufrido el último tiempo con respecto al sexo, y el extraño fetiche que descoloca sus hormonas cada vez que se siente admirada, provocaran en ella un estado permisivo y candente que el joven sinvergüenza sabrá aprovechar.

Durante la fiesta de bienvenida, Mauricio comienza a llevar a cabo su plan para lograr que Clara, la novia de su amigo Jesús, sea suya. La chica está decidida a negarse a cualquier avance por parte del tipo al que odia, pero conforme avanza el baile comienza a sentir cosas nuevas. Cuando Mauricio la llama a un lugar privado, su voluntad comienza a flaquear. ¿Podrá resistirse, o terminará cayendo en los extraños deseos de su cuerpo?

Mauricio ha logrado un gran avance en sus planes con Angélica, así que ahora centrará sus esfuerzos en Clara, la novia de su amigo. La chica le gusta, pero sabe que deberá sacrificarla para enmendar algunos errores cometidos en el camino. Mientras él se esfuerza en eso, su padrastro comienza a sospechar que algo está tramando.

Las cosas están yendo de maravilla para Mauricio. Angélica cayó en su trampa mucho más rápido de lo que él esperaba, y ahora su plan ha pasado al siguiente nivel: disfrutar de la madura mujer hasta lograr apoderarse de su fortuna. Pero mientras el joven interpreta su papel de amigo abnegado, al mismo tiempo siente que todo su plan puede venirse abajo por una traición, así que tiene que movilizarse para mantener contentos a sus cómplices.

Mauricio comienza a desarrollar su plan para hacer suya a Angélica, aunque no esperaba que todo fuera tan bien, tal vez su deseo terminé cumpliéndose antes de lo esperado… Mientras tanto, descubrimos un pequeño secreto de Clara, y dos nuevos actores entran a escena, los cuales parecen tener deseos ocultos por la chica y su amado novio.

Mauricio recuerda en sueños la experiencia traumática que su tío Genaro, ahora su padrastro, le hizo vivir. Producto de esos acontecimientos, también desprecia a su madre y no tiene respeto por nada. Ni siquiera Jesús, su amigo de la infancia, se libra de su desprecio por medio mundo. Clara, la despampanante novia de Jesús, parece ser la única capaz de encarar al hijo de puta de Mauricio.