Cristina

Cristina no sabe qué hacer. Al parecer Don Tito ha traído a ese despreciable hombre a disfrutar de ella, de su cuerpo. ¿Qué limites planteara su morboso vecino? ¿Qué precio deberá pagar Cristina con tal de quedarse con don Tito y saciar sus incontrolables deseos de hembra? ¿Ese miserable desgraciado, ese vago que la insultó en el parque esa misma mañana, estará dispuesto a someterse a los desprecios de la hermosa dueña de casa? Mal que mal, la muy puta se supone es caritativa, y le da de comer casi en pelotas. ¿Qué se podría esperar del pobre don Pepe?

Cristina esperaba con ansias la reunión pactada con don Tito. Sin embargo, se ve sorprendida por el inesperado invitado que su macho ha llevado a la cita. Desde el primer capítulo de esta saga, Cristina nos había anticipado que don Tito le había advertido que tendría que premiar al iluminado vago que había sabido leer bajo su piel, y que a la postre había sido pieza clave para la lujuriosa transformación de su vida. Pues no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pagué.

Ha pasado demasiado tiempo sin que Cristina se encuentre con don Tito, el cincuentón que la ha llevado a sentir placer a niveles hasta hace poco inimaginables. La visita a la casa de sus padres y la sincera conversación con su hermana Ana, le ha hecho comprender lo cerca que estuvo de pasar la vida sin conocer la verdadera pasión entre un hombre y una mujer. Por eso esta ansiosa de hablar con su macho y agradecerle todo lo que ha hecho por ella. Sin embargo, las cosas no resultan tan sencillas como ella cree y termina recurriendo a sus viejas prácticas para aplacar sus ansias, lo que la llevará por un camino llenó de lujuria, sumisión y tormento.

Después de lo vivido ese día, Cristina sabe que no puede dejar que don Tito se vaya. Sin proponerselo, vivirá la experiencia más increíble de su vida. Tanto así, que no podrá evitar caer en una gran mentira, que arrastrara a Pablo, su marido, a un mundo de mentiras y desdichas. Las circunstancias también llevaran a Cristina a compartir en la antigua casa de sus padres con toda su familia, y se compadecerá de la realidad que vive su hermana Ana, perdida en una relación que no la satisface.

En este segundo capítulo Cristina tratará de enmendar lo sucedido con su maduro vecino la tarde anterior. Sin embargo, pese a sus desesperados intentos por terminar con aquella insana aventura, terminará cediendo ante sus propios deseos. Esta vez no solo será victima de la lujuria en la privacidad de su hogar, sino que se verá envuelta en un devenir de morbosas situaciones en la calle, bajo la atenta mirada de don Tito, un hombre con el que nunca imaginó enredarse.

En este primer capítulo conoceremos a Cristina y el origen de las extrañas sensaciones que la conducirán a realizar actos de infidelidad que nunca imaginó. Nos relatará como terminó cayendo en las manos de don Tito, su vecino y enemigo de su marido, un hombre con el que nunca imagino enredarse.