Linaje Carnal – Cap XXXV

Clara debe acompañar a Mauricio a un lugar descuidado y lúgubre. Está confundida. Sabe que todo lo que está haciendo lo hace por proteger a Jesús y a ella misma de una tremenda vergüenza, pero no puede dejar de pensar que hay otras razones que la impulsan a seguir a ese maldito hijo de puta. La expectación que ha sufrido el último tiempo con respecto al sexo, y el extraño fetiche que descoloca sus hormonas cada vez que se siente admirada, provocaran en ella un estado permisivo y candente que el joven sinvergüenza sabrá aprovechar.

Casandra le acaba de dar el sí a Diego, el amor de su vida desde la secundaría. Esta algo nerviosa porque esa noche irán a cenar a la casa de su padre para darle la noticia. Un altercado con un alumno problemático enturbia de alguna manera su creciente entusiasmo, pero lo resuelve sin recurrir a la ayuda del director de la escuela, que también es su padre, Ramón, un hombre estricto y riguroso.

Adriana aún se encuentra en la casa de Edgar, el amigo de su cuñado. En contra de cualquier pronostico, la hermosa enfermera ha ido y se ha quedado en esa destartalada casa por voluntad propia. Se ha prometido que esa será la ultima noche que le será infiel a Raúl y por consiguiente quiere aprovecharla de la mejor manera posible. Además, sus nuevos instintos no hacen más que empujarla a cobrarle a Edgar, “El fierro” para sus amigos, que cumpla su palabra y le regale la mejor sesión de sexo de su vida.

Después de lo ocurrido en la cena, Adriana se encuentra cada vez más confundida. Trata de luchar contra sus instintos, pero cuando descubre los secretos de Victoria, comienza a verse cada vez más incapaz de ganar esa lucha. Una inesperada reconciliación con Raúl parece alejarla de cometer una locura, pero…