Las Gemelas – Cap VII

Mireya lleva una relación aún inocente con Goku. El muchacho no tardara en caer en la tentación cuando su exnovia, Daniela, lo encuentre de camino a casa con las hormonas sobre revolucionadas. Ricardo se ve obligado por sus hijas a llevar a Ingrid a un evento muy especial de trabajo, al hotel ALBATROZ, nada más y nada menos que con su amigo el licenciado Beltrán. A este evento también se sumará Manuel, su socio. Ingrid no perderá la oportunidad de saciar su sed de furcia a costa de humillar de una forma impensable a su marido.

Mireya está muy nerviosa. Después de su viaje y de su autoimpuesto encierro para esconder su fuego, ya no puede esperar más para ver a Goku. Está segura de que al fin el muchacho le pedirá que sea su novia. La romántica conversación entre la pareja de jóvenes enamorados será espiada por más de un envidioso. Uno de ellos, el viejo Pablo, usará lo que vio para tratar de volver a encamarse con Daniela, la exuberante morocha que fuera la novia del Goku antes de que este se prendiera con la Gemela. Una excitante escena en el antro de Pablo y una ruin estrategia de Ingrid, acercaran cada vez más a Mireya al día de su total desvirgamiento.

Natalia acude al dormitorio de su madrastra para pasar la noche con ella. Es ahí que, armándose de valor, decide preguntarle algunas cosas de mujer mayor. Por otro lado, después de concluir los asuntos que lo llevaron a la antigua casa de campo de su padre, Ricardo decide volver lo antes posible a su hogar. Sin embargo, su regreso se ve interrumpido por un inesperado encuentro que lo obliga a él y a las chicas a pasar la segunda noche de su viaje en un lujoso hotel. Quién podría haber vaticinado que todos y cada uno de ellos pasará una noche de lo más excitante.

Mireya está cautivada por su nuevo grupo de amigos. Tanto así, que sus opiniones en el grupo de WhatsApp se vuelven muy importantes para ella. Algo que, sin saberlo, a Ingrid le facilitará la tarea de seguir convirtiendo a la gemela. Natalia recibe un mensaje que la obliga a salir casi a hurtadillas de clases para encontrarse con Camilo, el chofer. Mientras, Mireya, después de un día muy atrevido en la Universidad, recuerda con pesar que esa tarde le toca su segunda clase de reforzamiento con el profesor Berto.