Una familia decente – Cap I

Eduardo, impulsado por demostrar su apoyo a la comunidad, recibe a don Pricilo, un antiguo miembro de la congregación caído en desgracia, como jardinero de su casa. Lo deja habitar una casucha al fondo del patio de la residencia familiar sin imaginar sus turbias intensiones. El destino le entregara en bandeja de plata la oportunidad perfecta a este horrible viejo para liberar los oscuros deseos que le provoca Karen, la joven de apenas dieciocho primaveras y reflejo absoluto de la belleza de su madre.
Puntuar capítulo