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Gabriela – Cap XXXI

Gabriela continua en vigilia. A pesar de la humillación de haber sido botada del hospital, cree que su deber como mujer de don Cipriano es quedarse fuera y esperar noticias de su estado. Una conocida figura masculina se ofrecerá a hacerle compañía en el transcurso de la noche, y la potente rubia, al sentirse menoscabada por doña Ernestina y toda su familia, volverá a caer en las argucias de su maquiavélico cuñado. Sensaciones desconocidas y perversidades innombrables despertarán en la femenina sensualidad de Gabriela, obligándola a ir por caminos desconocidos, pero muy placenteros. Sin embargo, mientras ella goza, una desgracia de proporciones destruirá su nueva vida.